Parroquia – Iglesia Catedral de Chascomus

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DIÓCESIS DE CHASCOMÚS

Catedral Nuestra Señora de la Merced

Historia de Nuestra Catedral

La Iglesia de Nuestra Señora de la Merced se estableció a partir de la colocación de su piedra fundamental en 1832 una de los laterales de la Plaza Independencia, muy próxima del sitio en que se emplazaron las antiguas capillas. Desde los primeros años de vida del Fuerte de San Juan Bautista de Chascomús la feligresía profesó gran devoción a la imagen de vestir del siglo XVIII traída desde Perú a pedido del fundador Capitán de Blandengues Pedro Nicolás Escribano.

Durante los períodos 1832-1839 y 1839-1846 en que fueron curas vicarios Juan Carlos Sandoval y Ramón González Gorostizú respectivamente, se llevaron a cabo las tareas de construcción del Templo Parroquial

A pocos años de su edificación se iniciaron tareas de reparación con la colaboración de Comisiones de vecinos que desplegaban acciones para juntar fondos. A pesar de las numerosas reparaciones y transformaciones, tanto la planta como la fachada se conservan tal como el Ingeniero Felipe Senillosa las diseñó.

Siendo Párroco Fray Domingo Segundo French (1846-1850) se realizó la solemne inauguración del templo.

Le sucede en la conducción parroquial el Padre Antonio Escurdia ( 1850-1853).

El Cura Vicario Gerónimos Benchis (1853-1854) adquiere y manda a colocar las baldosas en el piso del Templo.

Entre 1854 y 1864 el párroco Juan San Martín desplegó una intensa actividad: conformó una Comisión Reparadora del Templo que manda a realizar revoques en la nave central, blanqueo del interior del edificio, reparaciones en claraboyas y friso que recorría el templo, colocación de la puerta cancel, realización de cielo rasos de yeso en las naves laterales y la restauración total de la azotea. La documentación existente da cuenta de las donaciones y adquisiciones de candelabros, candeleros,   confesionario y el primer órgano adquirido en 1855. En 1857 es construido un “nuevo altar mayor” de madera pintado de blanco. Se inaugura el altar dedicado a San José y son ubicadas en otros altares las imágenes de Santa Teresa y San Juan Bautista. Es pintada la puerta del bautisterio , ubicado en la entrada de la nave lateral izquierda en esta época.

El cura vicario Francisco Ampugnani ( 1864-1868 ) recibe la campana fundida por Antonio Massa y hace pintar el interior del templo, restaurándose el piso del altillo del campanario.

Durante algunos meses del año 1868 el Padre Juan Antonio de las Casas ocupa interinamente el cargo de Párroco. Le sucede el Padre Martin Pader (1868-1877) el que se dedica al embellecimiento exterior de la Iglesia, colocándose la campana en la torre izquierda, el reloj público en la torre derecha, se forraron las escalinatas y el piso del atrio del mármol, se realizaron y colocaron las puertas de ingreso y las aberturas del interior.

No cabe ninguna duda que el Presbítero Julián Quintana (1878-1922) durante sus cuarenta y cinco años al frente de la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced realizó, una obra muy significativa para la feligresía y para la comunidad en general de Chascomús. La escrituración de los terrenos, la restauración de los altares laterales, la construcción de un nuevo retablo mayor, las pinturas al fresco en el cielo raso  de la nave central  y la finalización de la colocación de los pisos, obras que fueron encaradas por Comisiones dirigidas por el párroco. Contó con el apoyo de prestigiosas familias quienes donaron las imágenes de San José, Nuestra Señora de la Merced, Jesús Nazareno,Crucifijos, el armonium para reemplazar el viejo órgano, el púlpito, los confesionarios, candelabros representando ángeles y candeleros. La Congregación Hijas de María dona los bancos, el párroco de la Merced le obsequia a la congregación la imagen de la Inmaculada Concepción de María y a la feligresía el Calvario y el palio. El Presbítero Quintana organizó las primeras peregrinaciones parroquiales al Santuario de Luján en 1895, 1904, 1907 y 1910. Fue también testigo de la creación de la Diócesis de La Plata en 1897 de la que pasó a depender la Parroquia Nuestra Señora de la Merced de Chascomús.

Fue el Párroco de la Merced entre 1922 y 1925 el Presbítero Bautista Brazzola que dedicó sus afanes a los obreros como asesor del Círculo de Obreros Católicos.

El Presbítero José Francisco Arriibillaga (1925-1950) fue el responsable de la “gran transformación del templo”. Luego de la presentación de un informe desfavorable sobre el estado del edificio conformó una Comisión Pro Templo. Durante el período de la reforma la feligresía asistió a las celebraciones litúrgicas en un local alquilado en la calle Mitre y Crámer. Las obras de renovación total del templo consistieron en el  revoque tipo paris del interior, columnas, cambios de techos, cielo rasos, y construcción de tres altares principales: el mayor y los dos laterales de mármol.

Entre 1950 y 1952 ocupa el cargo Aurelio Bonomi. En 1951 la comunidad recibe un facsímil de la imagen de Nuestra señora de Luján que se halla en la basílica omónima.

 Le sucede el presbítero Pedro Leonhardt (1952-1991). Su primera obra fue la adquisición de un órgano alemán para sustituir al “viejo armonium”. A lo largo de treinta y nueve años de apostolado realiza numerosas reparaciones: las cúpulas son forradas de mayólicas celestes, los muros interiores se arenan y los exteriores se limpian y pintan. El bautisterio en este período cambio tres veces de sitio: salón de la casa parroquial, torres de la izquierda e interior del templo a la entrada de la nave lateral derecha.. Después del Concilio Vaticano II retiró los altares laterales, conservándose sólo los dedicados a la Inmaculada Concepción de María y al Sagrado Corazón de Jesús. Fue testigo de la creación de la Diócesis de Chascomús, de la llegada del primer Obispo Monseñor Rodolfo Bufano y de la consiguiente transformación de la Iglesia Parroquial en Catedral. Siendo Obispo Diocesano Monseñor José María Montes fue ascendido al cargo de Obispo Auxiliar de la Diócesis. En esta época se colocó en el altar mayor un trono de madera para el Obispo Diocesano donado por el párroco de Dolores Rodolfo Hameler.

Durante los años 1991-1994 fue Párroco de la Iglesia Catedral el padre Roberto Agustín Barco, el Templo tuvo mayor luminosidad a través de la construcción de una capilla en la que se colocó la imagen del Jesús Nazareno. En 1991 fue entronizada la imagen de Nuestra Señora de la Merced en el altar lateral derecho.

Le sucedió como Párroco el padre Lázaro Parodi (1994-1996), y por un período responsable de la Iglesia el Padre Juan Antonio Correa el que mandó a restaurar el órgano adquirido en 1953.

Desde 1996, luego de la asunción del nuevo Obispo Monseñor Juan Carlos Macarone, fue nombrado párroco de la Merced Rubén Oscar Revello. Transformó la contra sacristía en una capilla para las celebraciones litúrgicas diarias.

Todos los párrocos celebraron la festividad de la Patrona Nuestra Señora de la Merced con gran solemnidad y fervor.

A lo largo de los ciento sesenta y cinco años transcurridos desde la colocación de la piedra fundamental de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced sede de la Diócesis de Chascomús el templo fue conducido por diecisiete párrocos y los tres primeros Obispos Diocesanos. Impulsados por su feligresía y por los cambios originados en el seno de la Iglesia trabajaron incansablemente por las transformaciones del templo adecuándolo en cada época a la realidad de la comunidad.

Desde los primeros años en que se acopiaron los materiales para la construcción, los vecinos de Chascomús nunca dejaron de colaborar ya sea integrando comisiones, consiguiendo dinero o aportando sus propias donaciones. Los altares, imágenes, candelabros, órganos, y demás ornamentos litúrgicos constituyen el fiel reflejo de la importancia y presencia de las generaciones pasadas en el ámbito religioso.

Esta investigación constituye un punto de partida para abordar en sucesivas etapas otros aspectos de la vida religiosa de la Merced, tales como las Congregaciones, las biografías de los Párrocos y otras Instituciones nacidas desde la Parroquia.

Autora: Alejandra Bilbao

Nuestra Patrona

Cada año el 24 de setiembre los chascomunenses celebramos las fiestas patronales.

El Capitán de Blandengues Pedro Nicolás Escribano, eligió como patrona del Fuerte de San Juan Bautista de Chascomús a  Nuestra Señora de la Merced, esta elección se debió a la devoción mariana de Escribano y a que capellanes castrenses mercedarios acompañaron a los Blandengues en el plan de adelantamiento de frontera.

La Iglesia Catedral de nuestra ciudad está consagrada a esta advocación desde que era una sencilla Capilla.

Recorriendo el templo imágenes, y vitraux nos permiten conocer la historia de la Orden Mercedaria.

Los vitrales fueron confeccionados en 1938 a pedido del entonces párroco Francisco Arribillaga, y donados por Feliciana Juanenea de Alzugaray.  Se confeccionaron en la casa de Leopoldo Armanino, talleres que por ésta misma época realizaban los que se utilizaron en el Templo de Nuestra Señora de los Buenos Aires de la calle Gaona en el Barrio de Caballito.

Dos vitraux de importante tamaño, ubicados en la portada del nartex representando dos momentos significativos de la Orden.

A la izquierda: los primeros momentos de la Orden Mercedaria: la Merced aparece en una de sus clásicas representaciones iconográficas, sentada sobre una nube con el Niño Jesús en brazos. Viste el hábito mercedario, con el escudo de la Orden en el escapulario. Su manto se encuentra apenas desplegado como signo de protección a quienes están a sus pies: Jaime I, San Pedro Nolasco y San Raymundo de Peñafort. Esta escena representa la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 cuando tuvo lugar la aparición de la Virgen que los inspiró para la creación de la Orden.

A la derecha: el General Manuel Belgrano entrega el bastón de mando del Ejército a la Virgen de la Merced. Este histórico hecho ocurrió el 27 de octubre de 1812 en agradecimiento por su protección ante el triunfo en la batalla de Tucumán (24/9/1812).

El 13 de octubre de 1812 Belgrano ordena solemnes festejos en honor a la Merced. La representación de la escena es en el “campo de carreras”, el Gral. Belgrano de rodillas con el bastón de mando en su mano se lo acerca a la imagen de Nuestra Señora de la Merced, a su lado está el Obispo de Tucumán y de rodillas un fraile que podría representar al mercedario que ofició el sermón Ramón Romero. Soldados y pueblo rodean la imagen.

Nuestra Señora de la Merced es patrona de numerosas ciudades de la provincia de Buenos Aires que tuvieron al igual que nosotros un origen fortinero.

Desde esta columna los invito a recorrer la Iglesia Catedral de Chascomús y descubrir una gran cantidad de símbolos que nos muestran las huellas que los mercedarios dejaron en tierra americana durante su trabajo evangelizador.

Autora: Alejandra Bilbao